jueves, 17 de junio de 2010

SENTIDO DE PERTENENCIA NACIONAL

A veces, más de lo que quisiera, personas cercanas a mí me preguntan por mis sentimientos nacionales o, más concretamente, mis sentimientos hacia España. Bien, yo siempre contesto lo mismo, como no podía ser de otra manera: amo a mi País y a sus gentes, soy fiel a Euskalherria. El interlocutor reacciona ante mí, generalmente, buscando una mayor definición, pues no le parece suficiente mi respuesta. Veo por donde van "los tiros" y la continuación a mi escueta respuesta es tajante: soy y me siento únicamente vasco. Y aclaro a continuación que ello no implica menoscabo alguno hacia los sentimientos de los demás con respecto a España. Mi interlocutor, no conforme y mostrando "la patita", se empecina en buscar un compromiso, no existente, con la idea de lo español, con la ambivalencia de las dos fidelidades, con las bondades de un sentimiento compartido entre las dos entidades...ante ésto respondo que: dado que mis sentimientos son vascos, que mi cultura (dentro de la globalización actúal) es vasca, que amo y conozco el euskera, que quiero a nuestra "ama lurra" la madre tierra, sus paisajes y, sobre todo, dado que me siento identificado y perteneciente al colectivo de personas que durante siglos han conformado y conforman historicamente el Pueblo Vasco; dado todo esto ¿acaso podría ser otra cosa que vasco?, y por lo tanto, como vasco perteneciente a un colectivo historicamente diferenciado de sus vecinos, ¿acaso no tengo derecho a exigir la constitución de un Estado nacional propio, si así lo decidiesen la mayoría de sus habitantes?. Mi interlocutor, algo perplejo, sigue con sus vanos intentos en buscar contradicciones en mis sencillos planteamientos: -pero, si siempre habéis estado integrados en España, participando de sus empresas, colonizaciones, guerras..., siempre habéis mostrado fidelidad a la Corona- me responde. Ah!, entramos en terreno histórico; mi paciencia, que ya muestra signos de saturación, me aconseja ser breve y conciso: -mira "x", en general todo lo que dices es correcto, y esa fidelidad existió, ya que se aceptó voluntariamente ceder parte de la soberanía, pero con la condición del compromiso por parte de la Corona (el Estado) de respetar nuestras leyes y costumbres, mediante pacto. Eso hace más de 170 años se rompió con la 1ª Guerra Carlista. Desde entonces muchos no tenemos ni reconocemos ningún compromiso que nos ate y obligue a rendir pleitesía u obediencia a España y a sus autoridades, sean reyes o presidentes-. Uf!!, parece que mi interlocutor busca afanosamente argumentos adecuados con los que rebatirme en el campo histórico, pero antes de que pueda "disparar" le corto: -además, no son sólo los derechos históricos los que justifican la recuperación real de la soberanía prestada, sino que es la simple VOLUNTAD del pueblo, de cualquier pueblo, el objeto de derecho que permite definir el tipo de gobierno, de estado y de relación que desea con los pueblos vecinos. Esto es, la aplicación real de la soberanía mediante el ejercicio del derecho de autodeterminación-. Ni más ni menos.

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